La-bios

Hoy que abrí mis ojos, cuando estabas dormida y tu piel me entretejía.

Esta mañana note que la vida camina y nos dejó atrás por un segundo.

Me di cuenta de que en este valle de lluvia y sol, en este espacio de tierra y pastizales estamos solos tu y yo.

Las promesas, las esperanzas, las ilusiones se refuerzan dentro de nuestra cama, se fundamentan durante todos los días en nuestro vivir, se establecen en medio de nuestras caricias.

Sera que he tenido suerte o que hemos encontrado un destino desde el momento en que compartimos el aire.

Mil preguntas, mil respuestas entre tus brazos solamente tranquilidad, entre tus labios solo sed y agua, entre tus pestanas mis sueños duermen suavemente al compás de tu palpitar.

No se la melodía pero las cuerdas la reproducen un boceto de alegría, los tonos se funden en cansancio, mi voz se deshace entre las sabanas, entre las lámparas y entre las paredes de tu cuarto.

Alguna vez dije gracias, te explique que me llenas de felicidad, te susurre que mi vida va acompañada de regalos todos los días, te señalé con mi boca que la miel de mi tiempo solo es dulce en tu paladar.

Espero que no se me olvide este tema tan importante, que no lo deje traspapelado en el escritorio, que no lo guarde dentro de la tarjeta de las hormiguitas, que no se me extravié en la página web que deje en el ordenador,  que no se borren bajo los números de las cuentas bancarias, que no sea arrollado por los problemas de todos los días…

Entender...

Simplemente una vida no basta...
Desde niño al mirar por las rendijas de la puerta, el mundo se ve amarillo lleno de color, con personas caminando por todo lado, con animales haciéndola mas colorida y entretenida, con invenciones humanas mas allá de nuestro pensamiento, con nubes suaves y blancas, con cielos claros y oscuros...
Mis manos pequeñas no lograban atrapar el tiempo, la verdad, la incómoda realidad. No lograba respirar el aire triste y solitario, interactuar con la fría rutina que nos aleja día a día de la vida…
Ahora que mis ojos son más viejos y un poco más maduros, mi mente logra captar un poco la silueta del propósito, las luces se ven un poco más rojizas y los sabores más cálidos, las texturas más llenas de piel y menos plásticas. Nuevamente mi pensamiento se conjuga en entender ¿qué hicieron por mi?, ¿qué nos heredaron?, ¿qué debemos heredar? 
Pero no llego a ningún lado, no avanzo sin dar gracias y tratar de hacer lo mismo sin entender.
Solamente espero que la vida me dé la oportunidad de que nos miren y estén orgullosos.

El cuento de la Mandarina

Legos de la ciudad, desde un lugar donde los ríos se confunden entre la maleza y las piedras, donde parte del terreno fue tomado por la mano del hombre para ser campos de pastoreo, donde algunos pocos sitios fueron plantados para abastecer de frutos a los hambrientos…
Ahí inicia nuestra historia, en una ramita verde, colgando de un árbol… Una pequeña flor abrió sus pétalos una mañana clara y se llenó del polen que una abejita enamorada de su aroma transportaba en sus patitas.
En ese momento nuestra flor blanca se complementó para formar una pequeñita mandarina.
Ella empezó a crecer bañada con gotitas de lluvia y con rallitos de sol.
Todos los días se asombraba de lo grande que estaba, de lo jugosa que internamente se convertía, aunque aun estaba un poco ácida creía que adentro en algún momento estaría dulce como la miel…
Un día, cuando ya su cuerpo estaba color anaranjado y reluciente de dulzura, un pajarito se acerco a ella y le pregunto:
- Hola como estas?
Nuestra amiga en su rama respondió:
- Muy bien, feliz porque el día esta esplendido, las nubes en el cielo hacen que los sueños vuelen en la imaginación…
El pajarito le comento que se sentía un poco hambriento porque tenia unos polluelos que le exigían alimento todo el día y no había podido refrescarse ni desayunar…
La mandarina lo observo y se conmovió con su solicitud y le dijo:
- Por qué no intentas tomar un poquito de mi jugo?
A lo cual el pajarito realizo complacido…
- Oooouch, me dolió – dijo la mandarina pero sonrió feliz de saber que estaba ayudando a su nuevo amigo…
El pajarito sacio su sed y hambre, luego de unos minutos se despidió agradeciéndole a la mandarina…

Paso el tiempo, cuando se dio cuenta llego la época de cosecha y una escalera se acerco al árbol donde reposaba la mandarina. Una mano grande y empolvada la tomo y halo de ella hasta romper la ramita que la sostenía; dos ojos la observaron y dos labios dijeron:
- Esta no sirve, ya la picaron los pájaros! – poco después se escucharon algunas otras palabras que no quisiera repetir…

Entonces de un empujón la tiraron lejos del árbol…

Poco a poco, nuestra mandarina solitaria sobre la tierra fue perdiendo su vivo color anaranjado y llenándose de un empolvado color verduzco, tristemente se tendió a morir… Ella no se imaginaba que sus entrañas ya estaba realizándose un proceso, estaba germinando un retoño del árbol que próximamente alimentaría a otros animalitos…

Aromas y tactos...

Como no recordar toda la ternura recibida, como no saborear todo aquella dulzura, como no ver un fuego arder y no pensar en aquella cocina de leña que llego a ser lo mas esperado en cada visita, aquella piel gastada de amor, de experiencia, de trabajo…
Son breves pensamientos que mi mente reproduce una y otra vez, cuando siento un aroma a tortilla, a café, a tamal… eso si, tan importantes en nuestra vida que se convirtieron en nuestros valores, nuestro legado heredado, nuestros retratos del alma que quedaron en familia…
Ahora que algunos se han marchado, cuan próximos nos tocara el momento? (no lo se) lo importante es lograr transmitir toda esa ternura, todo ese bravío comportamiento, todo ese honorable actuar… por que la sociedad (no suciedad) debe mejorar, debe dejar de ser lo que es, así es donde se empieza heredando lo heredado…
Solamente queda dar gracias por ser lo que somos, por tener guardado cronologicamente imagenes en orden, en paz…

Cuerdas y recuerdos!

La vida como un columpio, eso leí en algún momento pero no le puse atención... lo trasparente que puede ser y simple de comprender…

A veces te toca subir, a veces te toca esperar que alguien termine, a veces te toca soñar que esa persona te impulse, a veces te toca regresar al punto de partida, a veces te toca ir atrás a ver el mundo desde lo alto y recordar… pero siempre tomado de las cuerdas, siempre sentado en aquella tabla de apoyo, sintiendo el aire que mueve tu cabello, tratando de llegar lo mas alto posible para apreciar la mayor parte del paisaje posible…

Eso pensé, eso creí, eso vi, eso sentí…
Pero que más? La vida en un columpio…