Un verano

Cuando mis pies se llenaron de arena, cuando mis ojos se perdieron en su inmensidad, mis manos tocaron la humedad de la espuma, mi piel se refrescó con la brisa, mis pupilas descansaron a la sombra de la palmera, mi regazo se deleitó con su presencia…

Como no enamorarse de ella, como no esperar que el verano nunca termine, como estar deseando vuelvan las vacaciones para estar ahí, como no estacionarse en este rincón durante toda la vida, como no sentir entre los dedos esa paz, como no mojarse los labios con su sabor, como no permitir que los tobillos se mojen hasta penetrar el alma…

Por eso cuando deseamos estar donde el sol nace entre lo azul o donde el sol se apaga en lo rojo, por eso cuando su sonido arrulla nuestro sueño, por eso cuando la mente se dispersa y algunos se enfiestan entre la multitud, aunque algunos vulgaricen la ley, aunque algunos nos envenenen el alma de sucesos, el alma de sangre…

Muchos no tienen esa dicha, muchos deben recorrer miles de kilómetros para encontrar una frontera sin mar, una frontera sin agua, una frontera fría, muchos deben esperar todo el año para tener temperatura, muchos deben esperar toda su vida para verla de frente, muchos no lo han sentido aun…


Y aunque ese ¡Salve, oh tierra gentil! ¡Salve, oh madre de amor! suene vacío y en venta… mi corazón esta agradecido de tener la dicha de vivir en este pedacito de tierra, este pedacito de tiempo para poder tomar mis maletas y llegar a donde muchos no…