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Gracias por separar un momento de su tiempo y detenerse a observar un poquito el panorama de mi pensamiento, el ambiente que mi alma quiere regalarles...

14 jul 2010

Principio

- No corras por ahí.

Le gritaron pero no escuchó, era de suponerse, tenía puestos sus zapatos favoritos y creía que volaba. Eran unos zapatos de tela azul, con suelas plásticas blancas; uno de ellos, el izquierdo, tenia un hueco en la parte interna como si hubiese sido gastado a propósito, pero fue inconsciente ya que un tornillo diminuto en su pupitre hacia de las suyas cuando rozaba el zapato.

El viento acariciaba sus mejillas y se sentía feliz, su cabello largo le flotaba sobre los hombros haciéndole un cosquilleo en su espalda, sus manos con dedos abiertos trataban de dejar caer restos de texturas.

-Espérame, espérame.

Una voz nuevamente se escuchó a lo lejos.

Pero él no tenia tiempo para eso, estaba fuera en su mente tratando de gozar nuevamente de ese momento, intentaba llegar lo más cerca posible de su amada. Aunque ella todavía no entendía ahora era su inspiración, su imagen cada mañana, su razón de respirar, su más grande pasión.

Mantuvo su paso y ritmo cerca de un kilómetro; su amigo se veía aun lejano pero cada vez mas cerca, claro un poco enojado al ver que lo habían dejo atrás, pero siempre feliz al tratar de llegar a su lado.

Por fin se detuvo, observó a su izquierda aquella casa de techos rojos y oxidados por el paso del tiempo y la lluvia, de pareces pintadas color celeste y con manchas oscurecidas por el hollín del autobús que pasaba todos los días haciendo un alto en la esquina. Parado ahí observaba, esa ventana pequeña con cortinas blanca de algodón adornada con dibujos en forma de nubes con tonos rosa.

Su corazón bajo su ritmo abruptamente, su aliento no pudo salir, sus ojos se perdieron en ese instante, sus manos sudorosas se petrificaron tratando de tomar fuerzas, sus pies un poco entumecidos por tanto ejercicio se quedaron inmóviles ante tal evento.

La luz reflejó una silueta dentro de la habitación, una silueta de piel canela, tersa y libre, piel deliciosa como la miel. Poco a poco las cortinas dejaron ver su rostro angelical, sus ojos negros penetraron hasta cruzar la calle y le vieron atónito, inmóvil…

Paso un segundo y entonces escucho tristemente:

- Vete, no quiero verte cerca! Ya has hecho suficiente…

Ella se precipitó rápido a cerrar la ventana y las cortinas.

Nadie creyó sería la última vez que la volvería a ver, que su ilusión se esfumaría en los siguientes segundos, que su vida cambiaria para siempre, que su manera de presenciar el paso del tiempo evolucionaría…

Entonces su zapato azul terminó desgarrándose y en su siguiente paso salió volando hasta caer en media vereda, como un jabón de las manos húmedas.

2 comentarios:

Leah dijo...

principio de que???? jejeje

Leah dijo...

ahora si esta muy bonito pero y que sigue?...:D